A Sister Reflects - Reflexión de una Hermana



She didn’t have any broken legs or arms, no visible cuts or bruises, but she was clearly in pain. For this young woman it was emotional pain. To anyone who responded to her, this twenty-something young adult poured out her heart and her life story. What she had come to realize was that she longed to belong somewhere and yet could not find out what that place was, her place in the world and her life’s purpose.

Sometimes that deep longing within our hearts does cause us suffering. God’s call to each of us – and we each do have a personal call from God for our lives – can be disturbing until we meet the call with a response that quells the pain of not knowing. The generosity of heart embedded in each of us from birth and strengthened in Baptism longs for a call that matches the abundance of our gifts.

Discernment time allows us to take stock of our personal gifts that the Spirit always gives for use in the community in which we share life. I’ve mentioned before the value of talking with a wise mentor or spiritual director who, in listening to us, can hear what we may not be saying in words but are conveying with the intensity of our feelings. You think you don’t have access to any wise person? You can always ask someone else who they talk to when they need wise advice. 

To paraphrase the wise spiritual writer Frederick Buechner who wrote: when our longing meets the deep needs of our world we have gladly found our calling. May you be blessed in the search for your place.

Peace,
Sister Tarianne


El Dolor de Buscar

No tenía piernas ni brazos rotos, ni cortes ni contusiones visibles, pero estaba claramente en dolor. Para esta joven era dolor emocional. Para cualquiera que le respondiera, esta joven adulta de veintitantos derramó su corazón y la historia de su vida. Lo que se dió cuenta era de que deseaba pertenecer a algún lugar y, sin embargo, no podía descubrir cuál era ese lugar, su lugar en el mundo y el propósito de su vida.

Algunas veces ese profundo anhelo dentro de nuestros corazones nos causa sufrimiento. El llamado de Dios a cada una de nosotras - y cada una de nosotras tenemos un llamado personal de Dios para nuestras vidas - puede ser inquietante hasta que recibamos el llamado con una respuesta que alivie el dolor de no saber. La generosidad del corazón encajado en cada una de nosotras desde el nacimiento y fortalecida en el bautismo anhela un llamado que iguale con la abundancia de nuestros dones.

El tiempo de discernimiento nos permite analizr nuestros dones personales que el Espíritu siempre nos da para usar en la comunidad en la que compartimos la vida. En el pasado he mencionado el valor de hablar con una mentora sabia o una directora espiritual que, al escucharnos, puede oir lo que no estamos diciendo en palabras, pero transmitimos con la intensidad de nuestros sentimientos. ¿Cree que no tiene acceso a alguna persona sabia? Siempre puede preguntarle a otra persona con quién ellos hablan cuando necesitan consejos sabios.

Parafraseando al sabio escritor espiritual Frederick Buechner que escribió: cuando nuestro anhelo satisface las profundas necesidades de nuestro mundo, con gusto hemos encontrado nuestro llamado. Que sea bendecida en la búsqueda de su lugar.

Paz,
Hermana Tarianne


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1257 East Siena Heights Drive
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517-266-3537

 

Join us March 7-9, 2025, for a "Zoom and See" to discern a call to religious life with the Adrian Dominican Sisters (flyer below).

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